Después del exitoso concierto benéfico del día anterior, el día en la playa con el insti pintaba de lo mas divertido, y nada nos defraudó, todo salió tal y como esperábamos, o mejor. Nuestra aventura comenzó con un sol abrasador que anunciaba que todo iba a salir bien. Y así fue, subimos al bus y cuando llegamos allí, al C.A.R. de Los Narejos nos cambiamos rapidísimo para poder empezar con las actividades náuticas preparadas. Todos nos dividimos en 4 grupos, y a mi grupo le empezó tocando el windsurf, un deporte algo complicadillo al principio pero tremendamente adictivo al final, Pero lo mejor no fue el deporte, sino el deportista, es decir, el monitor que nos enseñó, un chico guapísimo que además explicaba genial. Nuestra siguiente actividad fue el remo en kayacs y el paseo en un patín de esos de agua. Pero como una excursión nuestra no puede transcurrir sin que pasen extrañas cosas, pues empezaron a suceder, cuando acabamos cansados de tanto remar, nos cogimos un patín y empezamos a pedalear mar adentro, cuando avanzada la costa, notamos que nuestro patín empezaba a llenarse de agua por un lado, aunque no le dimos importancia, hasta que llegó la monitora a toda marcha en una barca para decirnos que el patín estaba roto y que fuésemos deprisa o podíamos hundirnos nosotros y el patín.Por suerte conseguimos llegar a la orilla sanos y salvos, y también el patín, aunque de la bronca no nos libramos y vaya pedazo de bronca. Después de este mal trago y de unas cuantas caídas en el embarcadero resbaladizo de los patines, nos tocó otra actividad muy chula, navegar por el mar en vela, un paseo que nos sentó muy bien, y donde disfrutamos de lo lindo, sintiéndonos Belén Rueda en el anuncio de Puleva y saltando vela abajo como ella, aunque luego nos apuramos un poco al comprobar que era mas difícil de lo que pensábamos subir de nuevo al barco, y es que verse en medio del mar a kilómetros de la costa y con un simple chaleco salvavidas es un poco agobiante, por suerte nuestro marinero, el chico mas majo que haya visto nunca, además de guapo, nos ayudo amablemente a subir, lo único malo de esta parte del trayecto es que el barco se rompió un poquito en nuestro trayecto, pero nada con importancia, superficial, insignificante. La última actividad que realizamos fue juego libre, en la arena, donde jugamos un trato al volley y también paseamos por la orilla, sintiendo el agua del mar en nuestros pies. Y llegó el final del trayecto y tuvimos que despedirnos, y a que no sabéis que paso, bueno a mi y a mis amigas, que en el vestuario de las chicas vimos por la ventana a una de esas criaturas que reptan, que mudan su piel, y que les encantan sacar la lengua, y pensamos que era un expositor, pero nos asustamos de verdad cuando vimos que era una mosquitera y que además estaba rota, por suerte la serpiente desapareció por detrás de la cabaña, aunque supongo que seguirá asustando achicas que como yo sienten pavor a esos bichos. En resumen, que cuando llegue a mi casa estaba tan cansada que después de ducharme caí rendida en la cama, ¡¡¡¡ HABÍA SIDO UN DÍA AGOTADOR!!!!Lo único que no me gustó de la excursión fue que tuvimos que volver. Quien sabes algún día volveremos, porque con el personal tan guapo que tienen no me faltan las ganas de volver, ni a mi ni a mis amigas. A día de hoy, tras pasar una gran parte del día en la piscina, he dejado de ser una cuqui, ahora soy un salmonete,y me duele todo el cuerpo.Y DESDE AQUÍ UN SALMONETE SE DESPIDE.